20 sept 2010

Un poco al teclado y otro al garabato.

Este es uno de mis hijos, con errores y defectos pero lo muestro al mundo porque aún así tiene que crecer. Ya en un futuro subiré la versión corregida =)

Grita

No recuerdo cuándo fue la última vez que tomé un baño, pero este olor ya me marea a mí y a todos los que seguimos aquí. Aún estoy en busca de lo prometido y lo poco que llego a ver es arena y algunos animales que desconocía su existencia.

-Ya estamos cerca muchachos, sólo unos kilómetros más y terminamos-Él piensa que aún puede haber más.

Para qué salir de esos lindos cerros donde podíamos vivir perfectamente. El olor era de la madera de pino, fresca, dulce y que apenas rosa las paredes de mis fosas nasales y llega donde muy pocos olores pueden estar. El cantar de las aves era como buenas noticias, te daban calma al escucharlas, aún siendo pocas las ocasiones en que esto sucedía. En serio, era perfecto para quedarnos y subsistir.

Pero aún sin entender el por qué de esa decisión decidí seguir al capitán Rojo. No creí que fuera tan estúpida la hazaña, pues la verdad no veía más allá del verde que cubría al cerro y suponía entonces, sería lo mismo donde estuviera. El creer en otro nunca me había salido tan caro.

Estoy seguro de que ya estoy en un proceso de desnutrición pues no tengo comida y el agua apenas si recuerdo el nombre, porque se supone que no sabe, ni huele y del color mejor ya ni pensarlo. ¿Qué carajos estoy haciendo?

Vaya, ya vamos un par de horas aumentadas a la travesía.

-Esto es perfecto- Grita con alegría Rojo

-Pero ¿de qué carajos hablas?- Respondo desconcertado

-Sí esto es lo que buscaba.

-Pero cabrón, es igual a todo lo que hemos recorrido desde hace ya un chingo.

-No, no todo. Tienes que ser observador-me responde muy tranquilo y obviamente yo ya no entiendo. Comienzo a hacer exploración con mis sentidos, vista y oído.

Lo primero que veo es una pequeña botella de Coca-Cola en su mano, de la cual no me había percatado, después escucho algo en el cielo. No puedo ver con precisión pues el Sol molesta a mi vista, pero distingo un círculo formado por unos cuántos puntos.

-¿De qué carajos se trata?

-¿Ya viste arriba? Pues son, digamos… mis amigos que me han prometido seguir a mi lado esperando su muerte.

-Lo sabía- Responde una señora de blanco- No podíamos confiar de ti, decía que eras un maldito y nadie me escuchó.

No me había percatado de su presencia, pero no es mi culpa, ella apenas si se ve hasta atrás

-¡Calla!, que a nadie le interesas pinche vieja.

Mientras él grita sus palabras yo me lanzo sobre de él con mi puño cargado de mi coraje. Pero muy pronto me doy cuenta de qué cosas eran esos puntos en el cielo. Así tan rápido que de pronto siento dolor en mis ojos, al mismo tiempo que siento frío en mi cara.

-¿Qué pasa?- Pregunto esperando respuesta.

-Te dije que eran como mis amigos.

Oigo el grito de una mujer, pero por ahora no puedo ubicarla.

-¡Sus ojos!

Ahora veo, bueno la verdad no.

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