Placer en la grafía.

-Como quisiera verte.
- ¿Nada más verme?
-Con verte sería suficiente ganancia, de ahí se desatarían mis sentidos; la vista se hallaría complacida, seguido por el olfato, que se activaría con el simple movimiento que tu cara ejerza, en este caso... sería una sonrisa, de eso estoy seguro, entonces desprenderás ese aroma que me vuelve loco, único de tu piel, sabor a fresa; me acercaría a ti para satisfacer mi sentido del tacto, rosando tu cuerpo con la yema de mis dedos. Sujetando con seguridad, pero con la suficiente suavidad a tu barbilla te acercaría a mi boca, probaría de tus besos y el gusto estallaría en un orgasmo, con el juego de nuestras lenguas que duraría mucho, se escucharía en tu corazón ese sonido que me da escalofríos al momento que tus cuerdas vocales vibran, ese ritmo tan celestial que sale de tu boca y me dice: TE AMO. En ese momento, mujer... me habrás hecho explotar todos mis sentimientos.
-Mi cielo, juro que no quiero imaginar ese momento, quiero que se haga realidad. Ven a mí bebé. Quiero verte vibrar quiero que tus sentidos inunden mi cuerpo de placer al mismo tiempo que los míos te harán ir a otra dimensión.
-Ese es mi primer deseo; verte ya, sin embargo sé en dónde va a terminar esto, por eso solo te imagino parada frente tu ventana, dándome la espalda mientras voy entrando a tu cuarto, poco a poco me ves mientras giras la cabeza sobre tu hombro. Tú desnuda, con un poco de luz que cubra tu cuerpo...
[...]
-Me tengo que ir, te amo.
-Y yo a ti. Te amo, nunca lo olvides.