29 ene 2011

Rojo+Morado.

Siempre he sido una persona de un carácter pesado, desde que tengo memoria las personas huyen a mis comentarios e ideas, les duele saber qué es lo que estoy pensando, pero les duele más saber qué pienso de ellos. El andar con rodeos nunca ha sido lo mío, me gusta más ser directo, al menos en la mayoría de las cosas. Alguien alguna vez me dijo que era obvio, después de decirle mi color favorito: rojo.

-¡Uh! pues cuidado de quien esté cerca de ti, porque te enojas fácilmente y pobre de quien te quiera, porque te tendrá que soportar.

Aún y con todo mi carácter, las mujeres me habían perseguido, haciendo memoria las mujeres eran un círculo en mí y jalaban conmigo a todos lados, no era yo, sino ellas. Los hombres me veían bien como amigo, pero era un competidor sin querer serlo. En memoria, una escena de mi infancia temprana:

-Púuuurpura aquí, púuuurpura allá. Decía mi maestra de Kinder mientras busca placer en la monotonía de su enseñanza. Ella siempre buscó llamar mi atención, la cuál estaba basada en las tortugas ninja. Pero en algún momento le dí la oportunidad y cuando tuvo mi atención, se dio cuenta que yo era mucho para ella. La pobre no sabía lo que quería de mí, un chico con infinidad de ideas para un nuevo mundo. Peor aún, le dolía saber que alguien como yo fuera más de lo que merecía, alguien quien era superior a ella, un simple... perdón, un complejo niño era más de lo que le tocaba a ella en esta vida. No había mucho que pensar, al tenerme y luego perderme fue como si le quitaran un pulmón, no supo soportarlo y se fue con todo y sus colores.

Ahora hago división de los colores y en mi mundo sólo existen 3, ahí en fuera, no hay nada original sino simples copias del pensamiento y la visión.

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